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  • El hombre es una criatura competitiva, y la semilla del conflicto está profundamente arraigada en nuestros genes. Luchábamos entre nosotros en la sabana y sólo sobrevivíamos contra grandes adversidades organizándonos en grupos que tuvieran un objetivo común, lo que nos daba moral y fortaleza.

    "Philip Roth was wrong" by Robert Winston, www.theguardian.com. December 16, 2005.