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Hay mucho que apoya la opinión de que es la ropa la que nos viste, y no nosotros a ella; podemos hacer que tome el molde del brazo o del pecho, pero ella moldea a su gusto nuestro corazón, nuestro cerebro, nuestra lengua.
Hay mucho que apoya la opinión de que es la ropa la que nos viste, y no nosotros a ella; podemos hacer que tome el molde del brazo o del pecho, pero ella moldea a su gusto nuestro corazón, nuestro cerebro, nuestra lengua.