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Encuentro que ser un necio en cuanto a la sabiduría mundana, y encomendar mi causa a Dios, sin temer ofender a los hombres, que se ofenden ante la sencillez de la verdad, es la única manera de permanecer impasible ante los sentimientos de los demás.
Encuentro que ser un necio en cuanto a la sabiduría mundana, y encomendar mi causa a Dios, sin temer ofender a los hombres, que se ofenden ante la sencillez de la verdad, es la única manera de permanecer impasible ante los sentimientos de los demás.