-
Un anciano no es más que una cosa insignificante, un abrigo andrajoso sobre un palo, a menos que el alma aplauda y cante, y más fuerte cante por cada jirón de su vestido mortal.
Un anciano no es más que una cosa insignificante, un abrigo andrajoso sobre un palo, a menos que el alma aplauda y cante, y más fuerte cante por cada jirón de su vestido mortal.