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A la mayoría de los animales exóticos no les interesan especialmente las personas, por lo que es difícil provocarlos. La cría con humanos les acostumbra y a veces les imprime su impronta, lo que les hace potencialmente peligrosos.
A la mayoría de los animales exóticos no les interesan especialmente las personas, por lo que es difícil provocarlos. La cría con humanos les acostumbra y a veces les imprime su impronta, lo que les hace potencialmente peligrosos.