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Acariciar, arañar y abrazar a un perro puede ser tan relajante para la mente y el corazón como la meditación profunda y casi tan bueno para el alma como la oración.
Acariciar, arañar y abrazar a un perro puede ser tan relajante para la mente y el corazón como la meditación profunda y casi tan bueno para el alma como la oración.