-
Todo ser humano conoce el olor de los gases intestinales, pero la fragancia del pegamento de los libros sólo ha cruzado una fracción de las fosas nasales mortales. Sin embargo, no debemos juzgar a los iletrados con demasiada severidad. Debemos contener el impulso de escribir CHUCKLEHEAD sobre sus puertas y esculpir DOLT en sus lápidas.