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Me parece que nuestras tres necesidades básicas, de alimento, seguridad y amor, están tan mezcladas, entremezcladas y entrelazadas que no podemos pensar en una sin las otras. Así que cuando escribo sobre el hambre, en realidad estoy escribiendo sobre el amor y el hambre de amor, y sobre el calor y el amor por él y el hambre por él... y luego sobre el calor y la riqueza y la fina realidad del hambre satisfecha... y todo es uno.