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Cada ser humano debe ser considerado según para qué sirve. Porque ninguno de nosotros, no, ninguno, es perfecto. Y si no amáramos a nadie que tuviera imperfecciones, este mundo sería un desierto para nuestro amor.
Cada ser humano debe ser considerado según para qué sirve. Porque ninguno de nosotros, no, ninguno, es perfecto. Y si no amáramos a nadie que tuviera imperfecciones, este mundo sería un desierto para nuestro amor.