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La impresión general es que Dolly, de quince años, permanece morbosamente desinteresada por las cuestiones sexuales o, para ser exactos, reprime su curiosidad para salvar su ignorancia y su dignidad.
La impresión general es que Dolly, de quince años, permanece morbosamente desinteresada por las cuestiones sexuales o, para ser exactos, reprime su curiosidad para salvar su ignorancia y su dignidad.