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Era una dama encantadora, con una mente romántica y una boca burlona tan dulce. Su mente romántica era como las cajitas, una dentro de otra, que vienen del desconcertante Oriente, por muchas que descubras siempre hay una más; y su dulce boca burlona tenía un beso que Wendy nunca pudo conseguir, aunque allí estaba, perfectamente visible en la esquina derecha.