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No hay palabras para expresar el abismo que separa el aislamiento de tener un aliado. Se le puede conceder al matemático que cuatro es dos veces dos. Pero dos no es dos veces uno; dos es dos mil veces uno.
No hay palabras para expresar el abismo que separa el aislamiento de tener un aliado. Se le puede conceder al matemático que cuatro es dos veces dos. Pero dos no es dos veces uno; dos es dos mil veces uno.