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En algunas posiciones, la cobardía plantea la pregunta: ¿es conveniente? Y luego viene la conveniencia y se pregunta: ¿es político? La vanidad pregunta: ¿es popular? La conciencia pregunta: ¿es lo correcto? Llega un momento en que uno debe adoptar una postura que no es ni segura, ni política, ni popular, pero debe hacerlo porque la conciencia le dice que es lo correcto.