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Hemos de considerar la existencia como un raid o una gran aventura; ha de juzgarse, por tanto, no por las calamidades que encuentre, sino por la bandera que siga y la alta ciudad que asalte. Lo más peligroso del mundo es estar vivo; uno siempre está en peligro de muerte. Pero quien rehúye eso es un traidor al gran esquema y experimento del ser.