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Montar a caballo no es un pasatiempo suave, que se coge y se deja como una partida de solitario. Es una gran pasión. Se apodera de una persona por completo y, una vez que lo ha hecho, tendrá que aceptar que su vida cambiará radicalmente.
Montar a caballo no es un pasatiempo suave, que se coge y se deja como una partida de solitario. Es una gran pasión. Se apodera de una persona por completo y, una vez que lo ha hecho, tendrá que aceptar que su vida cambiará radicalmente.