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Pero, ¿por qué hacer sólo cosas sin importancia?", preguntó Milo, que de pronto recordó cuánto tiempo pasaba cada día haciéndolas. "Piensa en todos los problemas que te ahorras", explicó el hombre, y su cara parecía estar esbozando una sonrisa maligna... si es que podía sonreír. "Si sólo haces los trabajos fáciles e inútiles, nunca tendrás que preocuparte de los importantes, que son tan difíciles. Simplemente no tendrás tiempo. Porque siempre hay algo que hacer para distraerte de lo que realmente deberías estar haciendo, y si no fuera por ese terrible bastón mágico, nunca sabrías cuánto tiempo estás perdiendo.