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  • Érase una vez una mujer que era como todas las mujeres. Y se casó con un hombre que era como todos los hombres. Y tuvieron unos hijos que eran como todos los niños. Y llovió todo el día. La mujer tenía que hacer un agujero en el fregadero de la cocina, cuando se atascaba. El hombre iba al bar todos los viernes, sábados y domingos. Las otras noches arreglaba su bicicleta rota, hacía los cupones de la piscina y anhelaba dinero y poder. La mujer leía historias de amor y anhelaba que las cosas fueran diferentes. Los niños se peleaban y gritaban y jugaban y tenían costras en las rodillas. Al final todos murieron.