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Ahora sé, Señor, por qué no das respuesta. Tú mismo eres la respuesta. Ante tu rostro se apagan las preguntas. ¿Qué otra respuesta bastaría?
Ahora sé, Señor, por qué no das respuesta. Tú mismo eres la respuesta. Ante tu rostro se apagan las preguntas. ¿Qué otra respuesta bastaría?