-
Ves a estos dictadores en sus pedestales, rodeados por las bayonetas de sus soldados y las porras de su policía... pero en sus corazones hay un miedo tácito. Tienen miedo de las palabras y de los pensamientos: las palabras pronunciadas en el extranjero, los pensamientos que se agitan en casa - tanto más poderosos cuanto que están prohibidos - les aterrorizan. Un pequeño ratón de pensamiento aparece en la habitación, e incluso los más poderosos potentados entran en pánico.