Autores:
  • Cada uno de nosotros recibe un bloque de mármol al comenzar su vida, y las herramientas para convertirlo en escultura. Podemos arrastrarlo detrás de nosotros sin tocarlo, podemos convertirlo en grava, podemos darle forma hasta convertirlo en gloria. Nos quedan ejemplos de todas las demás vidas, obras terminadas e inacabadas, que nos guían y nos advierten. Cerca del final, nuestra escultura está casi terminada, y podemos alisar y pulir lo que empezamos años antes. Podemos progresar entonces, pero para ello debemos ver más allá de las apariencias de la edad.