-
Cuando aguantamos cualquier situación que no tenemos por qué aguantar, no es porque seamos tontos. La aguantamos porque queremos la lección que sólo esa situación puede enseñar, y la queremos más que a la libertad a mí mismo.
Cuando aguantamos cualquier situación que no tenemos por qué aguantar, no es porque seamos tontos. La aguantamos porque queremos la lección que sólo esa situación puede enseñar, y la queremos más que a la libertad a mí mismo.