-
Nos encontramos en la situación de un niño pequeño que entra en una enorme biblioteca, cuyas paredes están cubiertas hasta el techo de libros en muchos idiomas diferentes. El niño sabe que alguien tiene que haber escrito esos libros. No sabe quién ni cómo. No entiende las lenguas en que están escritos. El niño nota un plan definido en la disposición de los libros, un orden misterioso que no comprende, sino que sólo sospecha vagamente.