-
Los milagros son como las albóndigas, porque nadie se pone exactamente de acuerdo sobre de qué están hechos, de dónde vienen o con qué frecuencia deben aparecer.
Los milagros son como las albóndigas, porque nadie se pone exactamente de acuerdo sobre de qué están hechos, de dónde vienen o con qué frecuencia deben aparecer.