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Sé un ejemplo para tus hombres, en tu deber y en tu vida privada. Nunca se escatime, y deje que las tropas vean que usted no lo hace en su resistencia a la fatiga y las privaciones. Tenga siempre tacto y buenos modales y enseñe a sus subordinados a hacer lo mismo. Evita la excesiva brusquedad o aspereza de voz, que suelen indicar al hombre que tiene defectos propios que ocultar.