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  • Los locos le volvían loco. Era como si a él personalmente le molestara que se entregaran a la locura, en parte porque con frecuencia se esforzaba por comportarse con cordura. Cuando algunas personas abandonaban la labor de la cordura, o fracasaban en ella, Garp sospechaba que no se esforzaban lo suficiente.

    John Irving (1978). “The world according to Garp”, Pocket