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  • Día a día y casi minuto a minuto se actualizaba el pasado. De este modo, cada predicción hecha por el Partido podía demostrarse documentalmente que había sido correcta; ni se permitía que ninguna noticia o expresión de opinión que entrara en conflicto con las necesidades del momento quedara registrada. Toda la historia era un palimpsesto, raspado y reinscrito exactamente tantas veces como fuera necesario.

    George Orwell, A.M. Heath (2003). “Animal Farm and 1984”, p.140, Houghton Mifflin Harcourt