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Desde el lugar junto a la barandilla, al borde de las vías, en la tarde de verano, regreso a través de la ciudad a mi propia habitación. Tengo muy presente mi propia vida, que escapó del invierno en el barco. Cuántas vidas así he vivido. Entonces sólo ganaba un dólar y medio al día y ahora a veces gano más que eso en pocos minutos. Qué maravilloso es poder escribir palabras. ... De nuevo comienzo el interminable juego de reconstruir mi propia vida, sacándola de la cáscara que muere, esforzándome por insuflarle belleza y sentido. ... Me pregunto por qué mi vida, por qué todas las vidas, no son más bellas.