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El enemigo del negro no es el blanco. El enemigo del capitalista no es el comunista, el enemigo del homosexual no es el heterosexual, el enemigo del judío no es el árabe, el enemigo del joven no es el viejo, el enemigo del hip no es el redneck, el enemigo del chicano no es el gringo y el enemigo de la mujer no es el hombre. Todos tenemos el mismo enemigo. El enemigo es la tiranía de la mente aburrida. El enemigo es cada experto que practica la manipulación tecnocrática, el enemigo es cada partidario de la estandarización y el enemigo es cada víctima que es tan torpe y perezosa y débil como para dejarse manipular y estandarizar.