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Tratar de hacer la obra del Señor con tus propias fuerzas es el más confuso, agotador y tedioso de todos los trabajos. Pero cuando estás lleno del Espíritu Santo, entonces el ministerio de Jesús fluye de ti.
Tratar de hacer la obra del Señor con tus propias fuerzas es el más confuso, agotador y tedioso de todos los trabajos. Pero cuando estás lleno del Espíritu Santo, entonces el ministerio de Jesús fluye de ti.