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Se oyó un zumbido discordante de voces humanas. Hubo un fuerte estruendo como de muchas trompetas. Se oyó un chirrido áspero como de mil truenos. Los muros de fuego retrocedieron. Un brazo extendido me agarró mientras caía desmayado en el abismo. Era el del general Lasalle. El ejército francés había entrado en Toledo. La Inquisición estaba en manos de sus enemigos.