Intentó explicar a su hermana la verdadera situación. "No intento negar", dijo, "que le tengo en gran estima, que le aprecio y que me gusta". Marianne estalló de indignación: "¡Le estimo! ¡Me gusta! Elinor de corazón frío. ¡Oh! ¡Peor que insensible! Avergonzada de ser de otro modo. Vuelve a usar esas palabras y saldré de la habitación ahora mismo". Elinor no pudo evitar una carcajada. "Discúlpeme -dijo-, y tenga la seguridad de que no pretendía ofenderla al hablar de mis propios sentimientos de un modo tan discreto.