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  • Porque es la amarga pena de la teología y su bendita tarea, también, tener que buscar siempre (porque no se tiene claramente presente en ese momento)... siempre que se tenga el valor de preguntar, de estar insatisfecho, de pensar con la mente y el corazón que uno REALMENTE tiene, y no con la mente y el corazón que se SUPONE que tiene.