Cuando vives con una mujer aprendes algo cada día. Hasta ahora he aprendido que el pelo largo atasca el desagüe de la ducha antes de que puedas decir "Liquid-Plumr"; que no es aconsejable recortar algo del periódico antes de que tu mujer lo haya leído, aunque el periódico en cuestión sea de hace una semana; que soy la única persona en nuestra casa de dos personas que puede cenar lo mismo tres noches seguidas sin hacer pucheros; y que los auriculares se inventaron para preservar a los cónyuges de los excesos musicales del otro.