Interpretar el papel de alma caritativa era sólo para quienes temían tomar partido en la vida. Siempre es mucho más fácil tener fe en tu propia bondad que enfrentarte a los demás y luchar por tus derechos. Siempre es más fácil oír un insulto y no tomar represalias que tener el valor de luchar contra alguien más fuerte que uno mismo; siempre podemos decir que no nos duelen las piedras que otros nos lanzan, y sólo por la noche -cuando estamos solos y nuestra mujer o nuestro marido o nuestro amigo del colegio duermen- podemos lamentar en silencio nuestra propia cobardía.