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Cualquiera que sea el plano en el que actúe nuestra conciencia, tanto nosotros como las cosas que pertenecen a ese plano son, por el momento, nuestras únicas realidades. A medida que nos elevamos en la escala del desarrollo, percibimos que durante las etapas por las que hemos pasado confundimos sombras con realidades, y el progreso ascendente del Ego es una serie de despertares progresivos, cada avance trayendo consigo la idea de que ahora, por fin, hemos alcanzado la "realidad"; pero sólo cuando hayamos alcanzado la Conciencia absoluta, y fundido la nuestra con ella, estaremos libres de los engaños producidos por Maya [ilusión].