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Soy una persona excitable que sólo entiende la vida líricamente, musicalmente, en la que los sentimientos son mucho más fuertes que la razón. Tengo tanta sed de lo maravilloso que sólo lo maravilloso tiene poder sobre mí. Todo lo que no puedo transformar en algo maravilloso, lo dejo ir. La realidad no me impresiona. Sólo creo en la embriaguez, en el éxtasis, y cuando la vida ordinaria me encadena, escapo, de un modo u otro. Se acabaron los muros.