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Es difícil vernos tal como somos. A veces tenemos la suerte de contar con buenos amigos, amantes u otras personas que nos harán el buen servicio de decirnos la verdad sobre nosotros mismos. Cuando no es así, podemos engañarnos muy fácilmente, perder el sentido de la verdad sobre nosotros mismos y nuestra conciencia pierde poder y propósito. La mayoría de las veces, nos decimos a nosotros mismos lo que nos gustaría oír. Perdemos el rumbo.