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Podía decirle que la amaba. Le dolía gritarlo en voz alta para que lo oyeran los dioses y todo el mundo. De poco serviría. Mejor confiar en las promesas de la luna que en la palabra del Ladrón de Eddis. Era famoso en tres países por sus mentiras.
Podía decirle que la amaba. Le dolía gritarlo en voz alta para que lo oyeran los dioses y todo el mundo. De poco serviría. Mejor confiar en las promesas de la luna que en la palabra del Ladrón de Eddis. Era famoso en tres países por sus mentiras.