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Cuando no encajas, te vuelves sobrehumano. Puedes sentir los ojos de los demás sobre ti, pegados como velcro. Puedes oír un susurro sobre ti a una milla de distancia. Puedes desaparecer, incluso cuando parece que sigues ahí de pie. Puedes gritar, y nadie oye un sonido. Te conviertes en el mutante que cayó en la cuba de ácido, en el Joker que no puede quitarse la máscara, en el hombre biónico al que le faltan todos los miembros y nada de corazón. Eres lo que solía ser normal, pero eso fue hace tanto tiempo, que ni siquiera puedes recordar cómo era.