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Los cielos no estarán llenos de los que nunca cometieron errores, sino de los que reconocieron que estaban desviados y corrigieron sus caminos para volver a la luz de la verdad evangélica.
Los cielos no estarán llenos de los que nunca cometieron errores, sino de los que reconocieron que estaban desviados y corrigieron sus caminos para volver a la luz de la verdad evangélica.