Los tontos ordinarios están bien; puedes hablar con ellos y tratar de ayudarlos. Pero a los tontos pomposos, a los tipos que son tontos y lo disimulan todo e impresionan a la gente acerca de lo maravillosos que son con todo ese abracadabra, ¡ESOS NO LOS PUEDO SOPORTAR! Un tonto ordinario no es un farsante; un tonto honesto está bien. Pero un tonto deshonesto es terrible.