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Empiezo a creer que los felices para siempre incluyen a personas que hacen cosas que molestan a los demás. Todos nos ponemos de mal humor, o impacientes, o preocupados, o lo suficientemente descuidados como para hacer o decir cosas que hieren a otra persona. Nos guste o no, es normal. No podemos culpar de todo a la mala energía de Olympia. Lo importante es que nos arrepintamos de lo que hemos hecho y lo compensemos. Eso es algo que Olympia nunca hizo.