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Pero primero, en la tierra como vampiro enviado, Tu cadáver será arrancado de su tumba, Entonces espantoso rondará tu lugar nativo, Y chupará la sangre de toda tu raza. Allí, de tu hija, hermana, esposa, a medianoche drena la corriente de la vida, pero aborrece el banquete que forzosamente debe alimentar tu lívido cadáver viviente. Tus víctimas, antes de expirar, conocerán al demonio como su padre, pues maldiciéndote a ti, tú maldiciéndolas a ellas, tus flores se marchitan en el tallo.