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  • Una minoría aventurera siempre tendrá ganas de emprender el camino por su cuenta, y no hay que ponerle obstáculos; que se arriesgue, por Dios, que se pierda, que se queme con el sol, que se quede varada, que se ahogue, que se la coman los osos, que se entierre viva bajo las avalanchas: es el derecho y el privilegio de cualquier estadounidense libre.

    Edward Abbey (1996). “The Serpents of Paradise: A Reader”, p.202, Holt Paperbacks