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En efecto, como sabe muy bien cualquiera que haya trabajado alguna vez entre los pobres, la fraternidad del hombre no es un mero sueño de poeta, sino una realidad de lo más deprimente y humillante.
En efecto, como sabe muy bien cualquiera que haya trabajado alguna vez entre los pobres, la fraternidad del hombre no es un mero sueño de poeta, sino una realidad de lo más deprimente y humillante.