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¿Por qué, doctor? Esta es una zona delicada. Podría estar sufriendo una depresión. Doctor Po: Supongo que sí. ¿Es ése el caso? Artemisa: (con la cabeza entre las manos) Es mi madre, doctor. Doctor Po: ¿Sí? Artemisa: Mi madre, ella... Doctor Po: Tu madre, ¿sí? Artemis: Me obliga a soportar esta ridícula terapia cuando los supuestos consejeros de la escuela son poco más que bienhechores equivocados con títulos.