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  • Siempre que el diablo te acose, busca la compañía de los hombres o bebe más, o bromea y di tonterías, o haz alguna otra cosa alegre. A veces debemos beber más, hacer deporte, recrearnos, e incluso pecar un poco para fastidiar al diablo, de modo que no le dejemos lugar para molestar nuestra conciencia con nimiedades. Somos vencidos si tratamos demasiado concienzudamente de no pecar en absoluto. Por eso, cuando el diablo te diga: no bebas, respóndele: Beberé, y con toda libertad, sólo porque tú me dices que no lo haga.