El placer de dominar por completo a otra persona (u otra criatura animada) es la esencia misma de la pulsión sádica. Otra forma de formular el mismo pensamiento es decir que el objetivo del sadismo es transformar al hombre en una cosa, algo animado en algo inanimado, ya que mediante el control total y absoluto el viviente pierde una cualidad esencial de la vida: la libertad.