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Las fauces del poder siempre están abiertas para devorar, y su brazo siempre está extendido, si es posible, para destruir la libertad de pensar, hablar y escribir.
Las fauces del poder siempre están abiertas para devorar, y su brazo siempre está extendido, si es posible, para destruir la libertad de pensar, hablar y escribir.