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El ojo común sólo ve el exterior de las cosas, y juzga por eso, pero el ojo que ve penetra y lee el corazón y el alma, encontrando allí capacidades que el exterior no indicaba ni prometía, y que el otro tipo de ojo no podía detectar.
El ojo común sólo ve el exterior de las cosas, y juzga por eso, pero el ojo que ve penetra y lee el corazón y el alma, encontrando allí capacidades que el exterior no indicaba ni prometía, y que el otro tipo de ojo no podía detectar.